EL GRAN AÑO DE ANTONIO

-¡Nuestros mismos ojos, mirando hacia el futuro y unidos en una sola voz! –comenzó diciendo el candidato, y el clamor del público que asistía al comicio hizo reverberar, de exaltado fervor y esperanzadora calidez, las consciencias de todos los asistentes al evento.

– ¡Es tiempo de cambio!… ¡es vuestro tiempo! -continuó discursando con un verbo tan inflamado que provocó que las mujeres le miraran con pélvica picardía y los hombres con ínclito respeto. Este iba a ser, sin lugar a dudas, el año de Antonio. Resultón, separado, agente de seguridad en unos grandes almacenes del extrarradio y ahora, al fin, también presidente de su escalera.